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Coherencia, innecesaria cualidad de los textos para gente como yo (Parte II)

Pelusa le dijo a Condicional que la vida bajo el amarillo congelado no era más perfecta que cantar en austeros abrazos. Gatos desacerbados titilaban brillo añorante y procuran que las nubes, calculando hamburguesas que gimen cuando corren, riesen entre cortinas de dulce regaliz sangrante. Pelusa no podía contenerse, volaba entre las miradas del dinero y la venganza, dudando si cerrar la cremallera o teñir sus calcetines. Asada la miscelánea y los cereales recién bruñidos, comenzó Condicional a preguntarse: ¿es el miedo quien con rábanos y teclas, abre la tiza y se conserva entre montañas? ¿Es la hierba que con sabor a hierro andante desiste en su semblante de herir el agua que amasan los greñudos? ¿Y no será nave en bolsillo ajeno quien entristece el vaso lleno de jaulas en sí mismas pintadas de nieve? Tal vez el diálogo no sea gerundio, pero la estaca crece libre entre los piñones.  Y dijo Cretácica: -No sabré volverme vaca entre columnas, no sabré ser homicida risueño ni buho s

Mi yo de 17 años me habla... y me recuerda quién soy.

Voy a publicar esta entrada de cuando abrí este blog por primera vez, que me recuerda que tengo que seguir luchando por mis sueños, porque aunque muchos de ellos hayan cambiado... una cosa no cambia. Quiero escribir. Y no debo dudar de ello nunca jamás. "He decidido hacer una entrada, para escribir como realmente me gusta escribir. Me gusta escribir en mi propio idioma, sin preocuparme de que lo entendáis o no. Espero que os guste, esta es una descripción de cómo soy. Nací entre algodones un veintinueve de Mayo, mi padre me cogió en brazos y me puso debajo de una lámpara nada más nacer para darme calor. Así,se encendió mi primera bombilla. Mi segunda personalidad creció conmigo, desde siempre he contradicho todas y cada una de mis decisiones, una y otra vez, y cuanto más me hundo en la contradicción y cambio de opinión, más posibilidades hay de que me equivoque en mis supuestamente "precipitadas" decisiones. Tengo recuerdos de pensamientos a una edad muy temprana cu

Último Bocado

Todo el último año a dieta, absolutamente todo. Ni un solo día me había saltado las instrucciones del calendario de comidas. Ese calendario infernal que hacía que cada bocado pareciese un pecado. Me obligaba a pesar cada plato, a cocinarlo sin aceite, a quitar toda la grasa, a prescindir del azúcar. Pero yo lo había cumplido a rajatabla. El pescado asado, sin ningún condimento me dejaba la boca como un zapato. Tan seco y sin gracia que parecía que se hacía bola y que no lo iba a poder tragar. La carne ni tocarla, si acaso algún trozo de pollo bien pesado. ¿Y de postre? De postre nada, la siesta. Mi cocina apestaba a la hora de comer de un hospital, estaba triste, apenas cocinaba ya nada que pudiese alegrarme un poco. La  cebolla asada sí sabía un poquito más a felicidad. Pero el resto de verduras eran una tortura, mi nariz se arrugaba con sólo oler a verde y a tierra. Nunca había sido buena comiendo, por eso empecé a engordar y engordar y cuando ya mi báscula alcanzó las tres cifr

Coherencia, innecesaria cualidad de los textos para gente como yo.

Y metamórfica dijo: -Ahorraré para cobrar peaje cuando la llave caiga de su abedul. Pero cuántica respondió: -Necesitaremos más de un pendiente para satisfacer a la mayordomo. Y añadió galápago: -No sabéis el hambre que me provocan vuestras zapatillas de colores, estoy por irán al campo magnético de brazos y rodillas. Deseaban dejar de mirar por la pared y meterse en un hierbajo rojo ladeado y mecido por la sombra de la luna, pero la fuerza de los dientes de metamórfica hizo que todas exclamasen: -Cacatúa! -Orangután pardo! -Mostaza! Aunque corrieron por la mesa de los ricos andenes, no hallaron perro twittero más enfadada que el suyo propio. Y lloró, amarga ventura de sus largos rizos, empapaba con tristes tigres el trigal de Pepa y amanecer. Anonadada me dejó el mostacho de la anciana vendedor de fluorescentes y el compositor de linóleo planteó la lateral pregunta: -¿Es la sinfonía de tu globo desinflado lo que marca en huellas negras la cornisa de mi estante? ¿O tal v

Importates, Increíbles, Especiales.

Pasé la infancia queriendo crecer un poco, para que los mayores me tuvieran en cuenta. Pasé la adolescencia queriendo parar el tiempo, porque sé que se escapa rápido. Ahora soy joven, sigo creciendo y el tiempo no se ha parado. Sin embargo sí que lo hace todo lo demás. Entramos en un bucle en el cual los días pasan como suspiros, contamos las horas, no los momentos y vivimos asustados por el tic-tac del reloj. Porque llegamos tarde, llegamos tarde a nuestra vida. Los jóvenes de ahora vivimos asustados de todo, crecimos protegidos y avisados de los problemas que surgirían y ahora que ha llegado la hora, sólo podemos estar alerta y temer lo peor. Estamos curados de todo espanto, nos han contado toda clase de historias para no dormir, por eso no entendemos la mayoría de las cosas que nos rodean. No nos han enseñado a pensar, nos han enseñado las soluciones a los problemas antes de que surjan, pero no nos han enseñado a pensar la solución por nosotros mismos.  Tenemos miedo a todo lo q

Vivir en lo alto, sin ascensor

Nada más subir al piso he abierto la ventana, las luces de la cuidad se estaban colando por el papel traslúcido que cubre los cristales. La sensación de mirar hacia abajo ha sido liberadora. Estoy sentada en la cama, he abierto de propio el ordenador para escribir, porque el lugar en el que habito muchas veces me produce una satisfactoria sensación de plenitud. Todo bajo mis pies, todo a mi alcance, todo luminoso, lleno de vida y de color. Vivir aquí es un sueño, uno de los que se han hecho realidad y cada vez que miro abajo desde mi cuarto piso, esa sensación vuelve. Abrir la ventana puede ser todo un viaje, uno de esos que no se hacen con el cuerpo. Cuando es muy de mañana, todo está  tranquilo y el frescor que emana la calle llena mi cuarto y tranquiliza mi mente. Cuando el pleno día la gente corretea por la calle de un lado a otro, entrando en las tiendas, saludándose, paseando al perro, organizando quedadas y citas que culminan con una foto en la popular calle que tengo a mis p