Coherencia, innecesaria cualidad de los textos para gente como yo (Parte II)
Pelusa le dijo a Condicional que la vida bajo el amarillo congelado no era más perfecta que cantar en austeros abrazos. Gatos desacerbados titilaban brillo añorante y procuran que las nubes, calculando hamburguesas que gimen cuando corren, riesen entre cortinas de dulce regaliz sangrante. Pelusa no podía contenerse, volaba entre las miradas del dinero y la venganza, dudando si cerrar la cremallera o teñir sus calcetines. Asada la miscelánea y los cereales recién bruñidos, comenzó Condicional a preguntarse: ¿es el miedo quien con rábanos y teclas, abre la tiza y se conserva entre montañas? ¿Es la hierba que con sabor a hierro andante desiste en su semblante de herir el agua que amasan los greñudos? ¿Y no será nave en bolsillo ajeno quien entristece el vaso lleno de jaulas en sí mismas pintadas de nieve? Tal vez el diálogo no sea gerundio, pero la estaca crece libre entre los piñones. Y dijo Cretácica: -No sabré volverme vaca entre columnas, no sabré ser homicida risueño ni buho s